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Urdimbre: una forma de entender el diseƱo curricular

Por: Diana AmĆ³rtegui-Osorio

Consultor Senior de Estudio Elefante


Si tiene algĆŗn comentario o sugerencia agradecemos nos lo haga saber a travĆ©s del correo info@estudielefante.co

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Todo empieza con una historia

Hace algĆŗn tiempo, en medio de una de esas conversaciones que solemos tener en las universidades, uno de mis colegas mencionĆ³ con bastante seguridad ā€œel currĆ­culo es todoā€ en ese momento pensĆ© que esa afirmaciĆ³n, no decĆ­a nada, no se comprometĆ­a, no aclaraba y si dejaba en el ambiente una sensaciĆ³n de que cualquier cosa hace parte del currĆ­culo o que todos los procesos de la organizaciĆ³n debĆ­an ser considerados como currĆ­culo y en especial, dejaba en manos de todos, es decir de nadie, la responsabilidad del diseƱo de currĆ­culos que respondieran a la naturaleza de la organizaciĆ³n con altos estĆ”ndares de calidad. Esta situaciĆ³n reafirmĆ³ mi sensaciĆ³n del abismo que existe entre la comprensiĆ³n de lo que es el currĆ­culo y la acciĆ³n que implica su ideaciĆ³n, diseƱo, entrega y evaluaciĆ³n.


El abismo

Cuando nos enfrentamos al hecho de diseƱar un currĆ­culo o de declarar los lineamientos curriculares que orientan el diseƱo, entrega y evaluaciĆ³n de trayectorias formativas, nos encontramos con un abismo entre los modelos y teorĆ­as dispuestas para esto y el hecho mismo de la acciĆ³n que implica la creaciĆ³n de propuestas curriculares.


Y hablo de un abismo, porque cuando se trata de empezar a diseƱar currĆ­culos nos encontramos con pocas herramientas prĆ”cticas que orienten este proceso y surgen las reflexiones sobre lo que es o no el currĆ­culo convirtiendo a la acciĆ³n de creaciĆ³n en un momento de permanente disertaciĆ³n y poca concreciĆ³n.


En este momento usted puede estar pensando que se encuentra avanzando en una lectura en la cual se presenta una postura instrumentalista del diseƱo curricular, yo prefiero llamarla pragmƔtica.


El CurrĆ­culo: Comprensiones

Entiendo la importancia de definir el currĆ­culo y de la disertaciĆ³n epistemolĆ³gica alrededor de este, pero mĆ”s que un ejercicio teĆ³rico es necesario que las comprensiones que se tengan sobre lo que es y sobre lo que no es el currĆ­culo sean tan claras que permitan dar paso a la siguiente acciĆ³n. El diseƱo.


Tradicionalmente se ha concebido el currĆ­culo, y todavĆ­a es muy frecuente dicha concepciĆ³n, como un conjunto de planes y programas de estudio organizados por disciplinas. En muchos casos se le equipara al syllabus o al plan de estudios. Por otro lado, y como consecuencia de las transformaciones que se han dado en la sociedad y las demandas que implica, es de interĆ©s considerar el currĆ­culo como ā€œun espacio teĆ³rico o lugar social de mediaciĆ³n de carĆ”cter pedagĆ³gico que se ubica entre los procesos de carĆ”cter social y cultural y los de formaciĆ³n de la personalidad, espacio a travĆ©s del cual la cultura externa objetiva se convierte en cultura interna subjetivada, asimilada o aprendidaā€ (Mendo, 2008,.)[1]


Stenhouse, L. (1987) afirma que el currĆ­culo es la prĆ”ctica de un proyecto que se gesta en el marco de la pedagogĆ­a, que se proyecta, se somete a investigaciĆ³n y permite mejorar el propio proceso. Desde esta perspectiva, el currĆ­culo se materializa en las prĆ”cticas de aula de cada uno de los estudiantes y profesores. Cada decisiĆ³n puesta en escena en el aula constituye en sĆ­ misma una acciĆ³n curricular. En este plano, la nociĆ³n ā€œarticulaciĆ³n curricularā€ emerge como un ejercicio de diĆ”logo entre dos o mĆ”s miembros de la instituciĆ³n que busca llegar a acuerdos mĆ­nimos sobre las formas de acciĆ³n y los objetivos de comprensiĆ³n y formaciĆ³n. El currĆ­culo se conforma con las acciones que, mediante la investigaciĆ³n, permiten al profesor como profesional que reflexiona sobre su prĆ”ctica, aprender de las ideas llevadas al aula.[2]


Compartiendo esta perspectiva Elliot, J. (1990), sostiene que el currĆ­culo no se queda en un plan de estudios preestablecido; ā€œā€¦se encuentra siempre en un proceso de llegar a serā€ (pg 24). Son orientaciones que se ajustan bajo la reflexiĆ³n y acciĆ³n del profesor, quien, para tal fin, tiene en cuenta en todo momento la experiencia de sus estudiantes.[3]


De manera concreta, y de conformidad con lo establecido en el contexto normativo colombiano, el artĆ­culo 76 de la ley 115 de 1994 o Ley general de la educaciĆ³n, define el currĆ­culo como ā€œel conjunto de criterios, planes de estudios, programas, metodologĆ­a, y procesos que contribuyen a la formaciĆ³n integral y a la construcciĆ³n de la identidad cultural nacional, regional y local, incluyendo tambiĆ©n los recursos humanos, acadĆ©micos y fĆ­sicos para poner en prĆ”ctica las polĆ­ticas y llevar a cabo el proyecto educativo institucionalā€ [4]

Y asĆ­ podrĆ­a seguir presentando definiciones de currĆ­culo desde diferentes perspectivas, corrientes y teorĆ­as, hasta el punto de llegar a afirmar ā€œel currĆ­culo es todoā€ y volver a empezar la discusiĆ³n.

Volvamos al inicio

RetomarĆ© la frase que decĆ­a mi colega, pero esta vez incluirĆ© un complemento que le da un carĆ”cter diferente: ā€œel CurrĆ­culo es todoā€ Todo aquello que tiene una intenciĆ³n formativa y aquĆ­ entonces cambia el sentido de esa afirmaciĆ³n vacĆ­a y empieza a tener cuerpo y acciĆ³n.


El currĆ­culo es entonces el conjunto de elementos que se planifican y organizan con una intenciĆ³n formativa para promover el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes. Estos elementos incluyen los aprendizajes esperados y declarados en Resultados de Aprendizaje, los contenidos, los mĆ©todos y estrategias de enseƱanza, los recursos didĆ”cticos y las acciones de evaluaciĆ³n. En definitiva, el currĆ­culo es la herramienta fundamental para diseƱar y gestionar el proceso de enseƱanza y aprendizaje en un determinado contexto educativo.


LA URDIMBRE: El entramado curricular

Desde hace unos aƱos he empezado a concebir el diseƱo curricular como una urdimbre que representa el entramado de elementos necesarios para concretar una propuesta formativa.

Los elementos de la Urdimbre estĆ”n determinados por una serie de relaciones que se establecen tanto intrĆ­nseca como extrĆ­nsecamente y que a su vez determinan los niveles de concreciĆ³n del currĆ­culo y las acciones de los diferentes actores o gestores curriculares. AsĆ­ entendemos entonces que las relaciones mĆ­nimas que han de establecerse en los momentos de ideaciĆ³n, diseƱo, entrega y evaluaciĆ³n curricular son cuatro:

  1. UniĆ³n

  2. Correspondencia

  3. ArticulaciĆ³n

  4. Interconectividad

RelaciĆ³n de UniĆ³n:

Se refiere a que todos los elementos del currĆ­culo tienen un lugar en el entramado curricular, un lugar Ćŗnico en tĆ©rminos de la posiciĆ³n que ocupan frente a otros elementos. La relaciĆ³n de uniĆ³n estĆ” asociada con la nociĆ³n de alineaciĆ³n. En la urdimbre esta relaciĆ³n permite declarar el hilo conductor bĆ”sico ā€œla hebra que se mantiene tensaā€ para despuĆ©s insertar entre ella las otras relaciones.

Con esta relaciĆ³n decimos que cada elemento de la propuesta formativa tiene un lugar que determina el siguiente elemento. La uniĆ³n se refiere a la coherencia y consistencia entre los diferentes elementos que conforman el currĆ­culo, como los resultados de aprendizaje, contenidos, mĆ©todos, estrategias de enseƱanza y evaluaciĆ³n. Todos estos elementos deben estar unidos en un propĆ³sito formativo comĆŗn.


RelaciĆ³n de Correspondencia:

La correspondencia se refiere a la relaciĆ³n que se establece entre los elementos del currĆ­culo y las declaraciones que dan cuenta de la filosofĆ­a institucional y del programa, materializadas en el Proyecto Educativo Institucional (PEI) y el Proyecto Educativo del Programa (PEP). En la urdimbre esta relaciĆ³n permite alinear el entramado de hilos ā€œlas hebras que se entrelazan y hacen Ćŗnico el tejidoā€ en congruencia con la misiĆ³n, visiĆ³n, recursos y estrategias disponibles para la implementaciĆ³n de la propuesta formativa. Debe existir una estrecha relaciĆ³n entre la diversidad e identidad institucional y los elementos del currĆ­culo para que los estudiantes puedan alcanzar los aprendizajes esperados y la instituciĆ³n cumpla con la promesa de valor declarada.


RelaciĆ³n de ArticulaciĆ³n:

La articulaciĆ³n pone en explĆ­cito la conexiĆ³n del currĆ­culo con el sector real en donde no sĆ³lo se requieren conocimientos teĆ³ricos, sino en gran medida reconocer la realidad y las necesidades del contexto que permiten a los estudiantes enfrentar de manera prĆ”ctica los desafĆ­os del mundo real y tener un impacto positivo a travĆ©s de sus acciones.

En la urdimbre la relaciĆ³n de articulaciĆ³n conlleva a anudar los hilos ā€œlos nudos que permiten formar una estructura de tejido sĆ³lida y estableā€ haciendo explĆ­cito el vĆ­nculo entre los distintos niveles y Ć”reas del currĆ­culo con el escenario laboral y profesional para formar un todo coherente que potencia la soluciĆ³n de problemas reales del entorno.


RelaciĆ³n de Interconectividad:


Esta relaciĆ³n permite que los componentes del currĆ­culo se enriquezcan entre sĆ­ a medida que se relacionan y que se potencien en consideraciĆ³n con el entorno social y cultural en el que se desarrolla la propuesta formativa. La interconectividad es como los hilos de la urdimbre que se conectan con otros elementos del tejido para ā€œformar patrones y diseƱos mĆ”s complejosā€ permitiendo que el proceso de enseƱanza y aprendizaje estĆ© conectado con la realidad de los estudiantes y la sociedad en general realimentando en doble vĆ­a la propuesta formativa.




En el diseƱo curricular, las cuatro relaciones (uniĆ³n, correspondencia, articulaciĆ³n e interconectividad) funcionan como la urdimbre del currĆ­culo, ya que proporcionan la estructura bĆ”sica que da forma y coherencia al proceso de enseƱanza y aprendizaje.

Empezar desde el final

Junto al conjunto de relaciones que se establecen para la conformaciĆ³n de la urdimbre se destaca la idea de empezar el diseƱo curricular desde el final, lo que implica responder tres preguntas iniciales:

  1. ĀæQuĆ© se espera al final de ese entramado llamado currĆ­culo?

  2. ĀæAl tener claridad de lo que se espera lograr (la promesa de valor) se plantean acciones para medir si se logra el objetivo?

  3. ĀæQuĆ© hacen los ļ»æactores del proceso para contribuir a ese propĆ³sito final?

Las respuestas implican una serie de declaraciones que delimitan de manera conceptual y prƔctica la forma como se organizan las propuestas formativas. Es decir que se declaran los componentes del currƭculo que estarƔn determinados de manera transversal por las relaciones establecidas en la urdimbre.


En primer lugar, se debe declarar lo que se espera lograr con la propuesta formativa. Esta declaraciĆ³n se relaciona directamente con los Resultados de Aprendizaje (RA) los cuales son el componente esencial del currĆ­culo. Los RA se configuran como un elemento que orienta y ordena las declaraciones curriculares del programa, permitiendo el desarrollo de las competencias asociadas al perfil de egreso.

El diseƱo y organizaciĆ³n de las actividades acadĆ©micas responden al anĆ”lisis de los RA declarados para el programa o propuesta formativa.

El anĆ”lisis de los RA permite trazar una ruta de formaciĆ³n a partir de la interacciĆ³n de espacios acadĆ©micos, estructurados y planificados, conocidos como asignaturas, mĆ³dulos, cursos, etc. Estos espacios acadĆ©micos estĆ”n diseƱados para brindar a los estudiantes oportunidades de interacciĆ³n, permitiĆ©ndoles adquirir conocimientos teĆ³ricos y prĆ”cticos, desarrollar habilidades tĆ©cnicas y de pensamiento y fomentar las actitudes personales y profesionales necesarias para alcanzar el nivel de competencia declarado.



El siguiente paso de diseƱo inverso implica definir ā€œĀæCĆ³mo medir?ā€ ante lo cual se han de considerar una serie de acciones que permitan evaluar el nivel de logro de los RA. Estas acciones se enmarcan en el meso currĆ­culo, desde la misma declaraciĆ³n de los RA y su respectiva tributaciĆ³n a los espacios acadĆ©micos, y se desarrollan en el micro currĆ­culo.


Es en este momento del diseƱo en donde se hace necesario ponerse serios con la evaluaciĆ³n y reconocer los principios y elementos que la caracterizan como una acciĆ³n profesional docente y en consecuencia como parte constitutiva de la enseƱanza y del currĆ­culo.

La evaluaciĆ³n hace parte del proceso de planeaciĆ³n y se articula directamente a las decisiones que determinarĆ”n las formas de enseƱar y las oportunidades para aprender.

Medir los resultados de aprendizaje es una acciĆ³n interrelacionada con la enseƱanza y en consecuencia debe planearse.


Una vez se tienen claridades frente al quĆ© y el cĆ³mo, se requiere determinar las ā€œacciones de los actoresā€ Este es el momento en el cual se presentan los mayores casos de ruptura en el diseƱo curricular. Hemos sido testigos de cĆ³mo las acciones de entrega del currĆ­culo se realizan desconociendo el impacto que tienen los RA en las decisiones que se toman a nivel micro curricular. Todas las acciones planeadas por el profesor y que hacen parte constitutiva de su acciĆ³n profesional, deben estar determinadas por las declaraciones realizadas en los RA.


El anĆ”lisis de los RA determina las estrategias de enseƱanza y evaluaciĆ³n que disponen los profesores para orientar el logro de los aprendizajes de los estudiantes. De igual manera el hecho de que el diseƱo curricular estĆ© centrado desde el aprendizaje hace que las acciones declaradas para el logro de los RA estĆ©n condicionadas a lo que hace o deja de hacer el estudiante como el protagonista del proceso. Esto implica determinar el grado de autonomĆ­a requerido del estudiante en el aprendizaje a travĆ©s del cual asume sus propias acciones en el proceso.


En ConclusiĆ³n

Entender el proceso de diseƱo curricular como una urdimbre nos permite comprender cĆ³mo los diferentes elementos centrales del currĆ­culo interactĆŗan entre sĆ­, proporcionando la estructura bĆ”sica que da forma y coherencia al proceso de enseƱanza y aprendizaje. De esta manera, podemos afirmar que el currĆ­culo es todo en tĆ©rminos de su capacidad para orientar y guiar el proceso educativo de manera integral y efectiva. La urdimbre curricular nos brinda la clave para entender cĆ³mo esto es posible, y cĆ³mo podemos aprovechar al mĆ”ximo su potencial para lograr mejores resultados en la formaciĆ³n de nuestros estudiantes.

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Referencias:

[1] Mendo, J. (2008) ConcepciĆ³n de CurrĆ­culo. Recuperado de: http://abacoenred.com/wp-content/uploads/2015/12/Concepci%C3%B3n-de-curr%C3%ADculo-Mendo-J.V.-2008.pdf.pdf

[2] Stenhouse, L. (1987) InvestigaciĆ³n y desarrollo del currĆ­culo. Morata. Madrid.

[3] Elliot, J. 1990 La investigaciĆ³n-acciĆ³n en educaciĆ³n. Morata. Madrid.

[4] Republica de Colombia (1994) Ley General de EducaciĆ³n. Ley 115. https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-85906_archivo_pdf.pdf

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